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¿Quién es el tal Jardón Rico?.

 

Jardón Rico es sin lugar a dudas un tipo singular.

Después de estudiar filosofía debió ser un viento helado del faro de San Juán, en Avilés, el que le marcó. Desde hace tiempo es lutier y de los buenos.

Desde su taller atiende a media España ( no es exageración) y son muchos los que, como hizo Bach con Buxtehude, peregrinan hasta la calle San Bernardo para ponerse en sus manos. Nunca mejor dicho, en sus manos.

No he conocido ningún lutier como él. Si tuviera que comprimir en forma de adjetivo aquel rasgo que mejor le define en el ejercicio de su profesión diría sin ningún género de duda uno sólo, pero con mayúsculas; HONRADEZ. Honradez hasta la médula.

Cualquiera puede pensar que esta virtud se ha de suponer en alguien en el que uno deposita su confianza. Sin embargo, cuando uno comienza a adentrarse en el mundo de la lutería esta cualidad, un tanto esquiva entre los de la profesión, cobra especial dimensión. Lo digo yo y no él porque él nunca hablará mal de un compañero. Es mi opinión personal. Cada uno tiene la suya, claro está.

Muchas gente cuando comienza a estudiar un instrumento de cuerda desconoce gran cantidad de cuestiones sobre los mismos, como no puede ser de otra forma porque uno nunca nace sabiendo. El valor real de un instrumento, por citar un ejemplo, puede ser una de ellas. Los instrumentos de cuerda no se compran generalmente por marcas como sí pueden hacer los instrumentistas de viento. Padres y alumnos jóvenes tienen que «fiarse» de alguien, del profesor, del lutier… Caer en manos de una persona honrada en este punto es vital. 

Uno puede acercarse al taller de Jardón sabiendo que orientará a cada persona sobre la mejor opción para ella y no para él como vendedor. Eso es honradez. Dirá usted, «otra obviedad» ¿no?. Pues no. He visto alumnos que acudían a su taller, por citar sólo un ejemplo, para comprar unas cuerdas de violín caras y cómo él vendía unas más baratas porque creía que la relación calidad precio de estas últimas barrían a las primeras.

Pongamos otro ejemplo. Si uno acude a Madrid ( es otro ejemplo y no citaremos nombres ) porque el instrumento tiene un ruido es posible que si la causa del mismo es el alma del instrumento el lutier de turno le «recomiende» un cambio del alma y del puente, ( trabajo que asegurará «siempre» va ligado ). El ruido puede estar causado tambien por las cuerdas que por supuesto están viejas,¡ ah !, la cejilla, siiii, muy importante, hay que repasarla…

Todo esto sería algo así como entrar a un taller porque el motor de arranque de su coche falla y le dijera el mecánico que además convendría cambiar el portabicis que también influye. En este caso todos pondríamos en duda la honorabilidad del mecánico sin embargo en el caso del lutier las razonables dudas que nos genera el desconocimiento de la materia en cuestión, siempre nos coarta. Al final uno termina pensando que si lo dice el que sabe, que es el lutier, será porque es así. Llega un día en el que uno tiene algo más de criterio ( digo algo más porque siempre se está aprendiendo en la vida ) y cuando conoce «las cosas» del oficio se planta. Con Jardón el ejemplo anterior sería impensable.

A parte de Jardón hay otros lutiers. Ahora mismo me viene a la cabeza uno también honrado.Recuerdo una de las conversaciones…(no tiene mucho que ver con el tema pero bueno…). Entre otras cosas me comentó que en una ocasión no quiso hacer la tasación de los instrumentos de una gran orquesta española porque estaba seguro de que mas de un músico iba a dejar de hablarle. Nos reímos. No digo mas.

 

 

Visitarle en su taller puede llegar a ser estresante si acudes un sábado por la mañana. No vayas el sábado por la tarde porque cierra. Es contínuo el peregrinar de estudiantes, padres, profesores…los que buscan su consejo. Si puedes visitarle hazlo un día entre semana y seguro que tu experiencia va a ser increible ( es una recomendación ).

Jardón es de esas personas con un conocimiento y una curiosidad inmensa. En lo segundo coincidimos plenamente, en lo primero me barre por goleada. Su conocimiento no se circunscribe para nada sólo al campo de la lutería, con él siempre aprendes algo.

Si vas a su taller y tienes suerte te puedes encontrar con Luis, que es un clásico…Susana, que es un cielo y Fer, el aprendiz de brujo…

Uno de sus últimos encargos y en el que se está empleando a fondo por exigencias de calendario, es una viola para el concurso internacional William Primrose. Es una viola que obtiene como premio el ganador del prestigioso concurso y que podrá disfrutar de ella durante 3 años. Después de este tiempo volverá a manos del concurso. Ni que decir tiene que este trabajo no se encarga a cualquiera. Como dice el castizo refrán: Algo tendrá el agua cuando la bendicen. La misma Strad le dedicó un artículo hace apenas un año.

Jardón tiene una media de construcción de 6 instrumentos al año. Es una producción nada desdeñable más si tenemos en cuenta que la mayoría de los lutiers se dedican casi exclusivamente a las reparaciones.

Ésta es su gran pasión, la construcción. No le preguntes sobre el tema porque podría estar hablando horas sobre su meticuloso y exhaustivo proceso de construcción. El proceso le permite una fiabilidad y homogeneidad en la producción de instrumentos de alta calidad algo, por lo poco que conozco, al alcance de muy pocos. Lo difícil, según me contó en una ocasión, no es hacer un instrumento extraordinario, que puede en cierta forma ser fruto de azar, sino conseguir una producción estable de calidad. Ésto era lo que distinguía a los antiguos grandes maestros. Todo esto último son añadidos míos porque a parte de no hablar nunca mal de los compañeros de profesión y odiar la competencia mal entendida, otro de sus rasgos es la humildad que le impide mostrar todas sus virtudes seguramente por miedo a la pedantería. De hecho, si algún día llega a leer el artículo es posible que me lo censure. Si lees esto es que todavía no ha caido en sus manos…

Un instrumento de Roberto no está disponible en El Corte Inglés, no lo busques allí.

Si quieres un Jardón Rico la paciencia ha de ser tu compañera por lo menos durante 3 años.

Ése es el tiempo de espera desde que pides el instrumento y está en las manos de Jardón hasta que pasa a estar en las tuyas.

Puedes visitarle AQUÍ o leer algo sobre él en este ENLACE.

P.D: Por cierto, si quieres conocerlo nos vemos todos en el próximo curso que va a ofrecer en el Conservatorio de Ponferrada el fin de semana del 19 al 20 de marzo de 210. Está dedicado a profesores, alumnos de E. Profesionales pero tambien para curiosos. Creo que todavía queda alguna plaza. También puedes venir a conocerlo el sábado 26 de marzo dentro del III Encuentro de Cellos de Cantabria. Va a obsequiarnos con una charla sobre la lutería en la que seguro aprenderemos todos un montón.

 

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